Este defecto, suele aparecer esporádicamente en el Yorkshire Terrier y Bichón Maltés.

Fotos de un Yorkshire Terrier de 4 días, que presenta malformación de las estructuras del paladar (Paladar partido).

Durante la gestación, el paladar izquierdo y el derecho, por influencia de diferentes factores, no se fusiona y acaba formándose una comunicación entre la nariz y la cavidad oral, que se denomina paladar hendido o fisura palatina congénita. 

Este ejemplar, fué alimentado con sonda hasta el momento de su deceso. Para el caso de las fotos, puede visualizar una fisura de 1 a 1,5 milímetros, que divide al paladar en dos y que además comunica las vías nasales con la boca.

Las consecuencias y problemas que genera

Los cachorros afectados por esta malformación tienen dificultades respiratorias y están incapacitados para realizar el vacío en la cavidad oral, por lo que son incapaces de llevar a cabo la succión en el acto de mamar. Al comprometer la alimentación del perro, el paladar hendido produce deshidratación, retraso en el crecimiento y dificultad para comer y beber.

Son comunes las neumonías por aspiración y las rinitis debido al paso del contenido alimenticio a las vías respiratorias. Muchos de los perros fallecen a los pocos días de nacer ya que es una patología que compromete su vida

Tratamiento y cirugía

El tratamiento a seguir requiere una alimentación cuidadosa mediante dieta semilíquida (pero evitando el biberón o la mama ya que el neonato no puede succionar) e incluso mediante sondaje orogástrico hasta que el cachorro alcance la edad apropiada para ser sometido a la cirugía, siendo este el tratamiento definitivo, aunque no siempre es posible en los Yorkshire Terrir y o Malteses debido a su tamaño, ya que imposibilita trabajar adecuadamente con las actuales tecnologias..

Se trata de una cirugía complicada y existen varias técnicas descritas por los cirujanos. El protocolo anestésico a seguir se adaptara a la edad del cachorro (unos tres meses aproximadamente).

Tras la cirugía se deben seguir las indicaciones del veterinario entre las que se encontraran el reposo controlado, el collar isabelino, tratamiento farmacológico y dietético prescrito y sus correspondientes revisiones. En algunos casos se seguirá alimentando al cachorro mediante sonda esofágica o alimento blando.

Es importante revisar regularmente la zona tras la cirugía para poder advertir rápidamente la apertura de los puntos o una cicatrización incompleta. En el caso de detectar el último problema, lo más conveniente será volver a intervenir al animal, pero siempre esperando un tiempo prudencial para hacerlo, entre 1 y 3 meses aproximadamente.