Este aumento en la expectativa de vida trae aparejados problemas de salud y cambios degenerativos desconocidos que antes no se detectaban, ya que generalmente nuestras mascotas morían más temprano, o no podían tratarse.

Entonces, en la medida que nuestra mascota avanza con su edad, se harán mas evidentes la pérdida de ciertas capacidades o sentidos, y que lejos de mejorar, se acentúan con el correr de los meses. En Consecuencia se generan cambios de conducta, que deberemos comprender, modelar y guiar.

Cambios que podremos detectar a simple vista:

Disminución de vista, Disminución de la audición Disminución del gusto y olfato Cambios en su peso, puede adelgazar o engordar mas allá de lo saludable La pérdida de movilidad. Cambios de conducta

Cambios que solo el veterinario podrá detectar a tiempo o prever:

Mantener las rutinas diarias que ha mantenido de por vida. Aumentar el contacto físico, tiempo y paciencia con nuestro perro. Atenciones especiales en la casa. Visitas frecuentes al médico, veterinario. Alimentación adecuada. Ejercicios y juegos regulares (Siempre en la medida de sus posibilidades)

Mantener las rutinas diarias que ha mantenido de por vida.
Dentro de las Posibilidades, NO generemos cambios bruscos en su entorno y rutinas diarias. A todo perro le agradan mucho las rutinas fijas, saber que pasará y cuando. Esto les da seguridad, contribuyendo a su bienestar general y felicidad.

Aumentar el contacto físico, tiempo y paciencia con nuestro perro.

Nuestra mascota, aprendió a compartir con nosotros desde cachorro, a encontrar refugio y cariño entre nuestro brazos, y ahora, de apoco comienza a sufrir cambios que no comprende, lentamente se apaga sin comprender el motivo. Sus saltos y carreras van haciéndose más escasos y pierden potencia. Comienza a perder la vista, el iodo, el olfato, le duele el cuerpo, ya no puede hacer muchas cosas de su rutina diaria. Y lo primero que hará es buscar refugio y contención, en la persona que confía y tiene fuertes vínculos formados. Posiblemente nos pida más atención o que quiera estar más cerca de nosotros; también es posible que NO nos haga caso, y que no soporte demasiado algunas órdenes. Estos cambios de conducta, deberán ser modelados y guiarlos por nosotros. Seamos comprensivos y démosle seguridad, esto contribuirá a su bienestar general y felicidad.

Si tenemos que viajar, no dejemos a nuestro perro anciano solo, o se sentirá abandonado, desorientado y hasta puede provocarle estrés o incluso agravarle alguna enfermedad. Dentro de sus posibilidades, debe llevarlo (Si el perro esta acostumbrado a viajar), o dejarlo con alguien que el perro conozca, y este cómodo, con su cucha, sus juguetes y su alimento y mejor aun, sus rutinas.
El hábito de viajar en familia o quedarse con otras personas, deben adquirirse cuando nuestro perro es joven, para que después le resulte natural hacerlo y no le provoque ningún trastorno. Esto facilitará mucho las cosas al perro, y a nosotros, que no nos impedirá realizar viajes planificados o de improviso.

Atenciones especiales en casa.
Los Cambios que el perro va sufriendo en su organismo, ponen de manifiesto ciertos obstáculos en el hogar, que antes no lo eran, o pasaban inadvertidos. A continuación muestro un rápido listado con las cosas mas frecuentes, pero estará en cada uno de nosotros, el estar atentos y cuidar a nuestro amigo en sus últimos días.

Visitas frecuentes al médico veterinario

Ahora y en todas las edades de nuestra mascota, el veterinario, debe ser un aliado constante. La detección y tratamiento de un problema a tiempo, siempre supondrá un beneficio, ya que se podrá comenzar con la cura lo antes posible, pudiendo ser crucial para superarlo, según sea el tipo de enfermedad o disfunciones.
Es importante también, que aprovecharemos cada visita al veterinario, y nos aclare cualquier duda que podamos tener respecto a los cambios que observamos en nuestro perro.

Sin importar la edad, siempre debemos continuar con los tratamientos habituales y cuidados que hasta hoy hemos tenido con nuestra mascota.

Vacunas. Antiparásitos. Etc. Pero además, por lo menos una consulta al veterinario, dos o tres veces al año. La primera y Segunda visita, para controlar los cambios producidos por la edad, aunque observemos que el perro está sano.

La otra visita (casi la mas importante), para la prevención, tratamientos y/o aliviar enfermedades típicas de la vejez, además de realizar estudios generales tales como:

Radiografías para controlar el estado de los huesos Ecografías, realizando controles diversos en el organismo. Electrocardiogramas, permitiendo detectar a tiempo problemas cardiacos. Análisis de sangre, para detectar anemias y anomalías en general. Análisis de orina y de heces, para detectar parecidos y anomalías en general

De estas revisiones periódicas, surgirán temas como, el cambio alimentación, ejercicios, tratamientos, consejos en general, orientándonos respecto a como tratar y que esperar de nuestra mascota.
Si el veterinario revisa a nuestra mascota una vez al año, es como si nosotros fuéramos al medico una vez cada 7 u 8 años.

Alimentación adecuada.
Durante cada etapa de la vida, el perro tiene necesidades nutricionales diferentes a las de las anteriores, por este motivo, la dieta deberá ajustarse a la que nuestro amigo esta viviendo ahora.  Esto implica modificar:

Algo de lo que tenemos que cuidar a nuestras mascotas, es el peso, que esta directamente vinculado con su alimentación.

A medida que el perro envejece, puede presentar problemas digestivos, previendo esto, es conveniente que le demos de comer menos cantidad y más veces al día. Comenzando por dos comidas al día, legando a las cuatro.

Para evitar estos extremos, es muy importante mantener el régimen de visitas frecuentes al médico veterinario, las rutinas de Juegos y ejercicios regulares, además del plan de alimentación que mejor se adapte a su mascota, recomendado por un profesional.

El aceite de oliva, ingerido regularmente y en pequeñas cantidades, mejora la absorción intestinal de diversos nutrientes, especialmente los inorgánicos.

Siempre recuerde que encontrará comidas especiales para perros ancianos en las tiendas de animales.

Juegos y ejercicios regulares (Siempre en la medida de sus posibilidades)

Un perro anciano no tiene por qué dejar de divertirse, es mas, el juego y paseo diario es muy importante, por lo de deben continuar y hasta incrementarlo en la mida de las posibilidades de nuestra mascota y nuestros tiempos
Las salidas ayudarán a mantener una buena salud, realizando ejercicios regularmente, evadiendo así, muchos de los problemas comunes de la edad, tales como:

Una o dos caminatas al día, realizadas tranquilamente y un poco de jugo suave servirán. El ejercicio también mejora la digestión y la circulación. Sólo asegúrese de no exigirle  demasiado, y que su perro disponga de abundante agua.

El juego también nos ayudará a reactivar y mantener activos todos los sentidos de nuestra mascota por mas tiempo: Como antes mencioné, la vejez trae inevitablemente, pérdida de la vista, el oído y el olfato, etc., pero podemos compensar esta pérdida si mantenemos una estimulación permanente tanto física como mental en nuestra mascota.

Es fundamental que lo vigilemos cuando salgamos a la calle y que nunca le dejemos solo, con el fin de evitar que se pierda.

Si llevamos a un nuevo cachorro a casa

Puede ser que la llegada de un cachorro a casa sea beneficioso para el nuestro perro anciano, porque la energía y la vitalidad de este nuevo compañero puede estimularle. Aun así, deberemos considerar atentamente esta posibilidad ya que, contrariamente, puede que el perro anciano sea intolerante con el joven cachorro; puede que le moleste o le irrite tener al lado a un insaciable juguetón que no se está quieto en ningún momento.

En el mejor de los casos, deberemos enseñar al pequeño a que no moleste demasiado al anciano, y mantenerles separados en algunos hábitos, como por ejemplo, a la hora de comer: lo haremos en lugares separados el uno del otro.

Es muy importante que tengamos en cuenta la raza del nuevo cachorro y la edad del anciano. Es decir, que no conviene que el cachorro sea de una raza mucho más grande que el anciano y que éste no sea demasiado anciano o esté enfermo. Cuando más compatibles sean las dos razas y menos anciano sea el mayor, será más probable que se lleguen a adaptar.

La relación con los niños

Los perros ancianos pueden ver a los niños recién llegados como rivales que les quitan el afecto que han tenido durante toda la vida de sus amos. Este es el caso de tener al bebé cuando el perro, ya anciano, está con nosotros desde mucho antes que el niño. Esto no es tan probable cuando el perro es adulto y goza de buena salud ya que normalmente suele acoger bien a los niños.

Por otro lado, los perros ancianos necesitan mucha calma y tranquilidad, y los movimientos rápidos y la incesante energía de los niños pueden molestarle mucho. Deberemos enseñarle al niño que no moleste al perro sobretodo cuando está durmiendo, y si vienen otros niños de visita procuraremos dejar al perro en un lugar tranquilo
donde no pueda ser molestado.

Le recomiendo como lectura complementaria el Artículo "Cambios de conducta y alimentación en los perros ancianos" de la Doctora Isabel Iglesias.

Nota de Interés General: Los perros de edad avanzada tienen tendencia a padecer diabetes, especialmente si también tienen sobrepeso. La diabetes es un trastorno consistente en un exceso de azúcar en sangre causado por la carencia de la hormona insulina o por obesidad. La diabetes es más común en las hembras de edad avanzada. Los síntomas típicos para detectar si su perro tiene diabetes son los siguientes:

Si se diagnostica diabetes al perro, el veterinario le recomendará una dieta especial e inyecciones o pastillas diarias de insulina para controlar el nivel de azúcar en sangre.

La mayoría de los perros afectados, se mantienen inteligentes y despiertos, pero si no se trata a tiempo puede enfermar, debilitarse y dejar de comer. Si notamos un olor dulce “a pera” en su aliento, se trata de un tipo de diabetes más grave, por lo que deberá ponerse urgentemente en contacto con el veterinario.